R E M E M B R A N Z A • • • • • •
 

Dibujos de Gabriel Fernández Ledesma, en la revista Forma, 1926-1928, México, Fondo de Cultura Económica, 1982 (edición facsimilar), Serie Revistas Literarias Mexicanas Modernas. Foto: Eduardo Espinosa.

 

 

José Guadalupe Posada.
Un“juguete-homenaje” en su centenario

En 2103 se cumple el centenario luctuoso del grabador mexicano José Guadalupe Posada. Para recordar esta fecha, el artista plástico Alejandro Caballero creó la pieza Juguete-homenaje a Posada, basada en un dibujo de una hoja volante incluida en la muestra conmemorativa organizada este año en el Museo Nacional de Arte.

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ANDRÉS RESÉNDIZ RODEAHISTORIADOR
Investigador del Cenidiap
andrescna@yahoo.com



El Museo Nacional de Arte (Munal), en su exposición José Guadalupe Posada: transmisor (1913-2013), además de exhibir obras del autor, da ejemplos que muestran sus afinidades o repercusión en artistas posteriores, incluyendo la presencia en cine con un fragmento de la cinta ¡Viva México! de Serguéi Eisenstein.(1)

Entre las piezas, aunque sin autoría inscrita, se encuentra una curiosa hoja volante con el título Calavera jiricuana, impresa por Antonio Vanegas Arroyo (ca.1900). Esta pieza contiene una imagen y un texto con versos chuscos (como los que acostumbraban acompañar a los grabados de Posada) que se refierena mujeres y hombres recluidos en el penal de las Islas Marías, con afecciones en la piel como metáfora de mancha social. Es una sátira a la actitud valentona que se torna temerosa, ante el peligro de muerte, cuando los ladrones son llevados a su destierro. El texto es claro sobre su tema, pero el dibujo de esta hoja, contrario a los característicos esqueletos festivos, muestra figuritas de personajes extravagantes en procesión, con faldas cónicas, camisas y brazos de lienzos en tiritas. Con la inclusión de una pequeña cajita-ataúd que uno de los personajes carga, se deduce que se trata de un cortejo fúnebre. Pero ¿por qué las caras redondas, los rostros uniformes y extraños? ¿Por qué sus cuerpos, con vestimentas estilizadas, convergen sobre unas líneas que se entrecruzan en forma de “X” a sus pies?

Este grabado sin más referencias, y visto a más de cien años, pareciera ser una representación caprichosa del autor, pero si consideramos la época y contexto en que fueron creadas sus figuras, se va revelando su sentido. El artista mexicano Alejandro Caballero Valdés se ha dedicado a dilucidar el origen de esa imagen para tratar de responder a las interrogantes anteriores. Con su Juguete-homenaje a Posada, este creador visual rearma la imagen con piezas que le dan volumen y funcionalidad a la escena. Para ello, reconstruye esas figurillas, con cáscara de nueces como cabeza y botellitas de madera o escobetillas revestidas con retazos para formar su cuerpo. A uno de ellas le hace cargar el pequeño féretro con inscripciones; al frente inscribe el nombre “José Guadalupe Posada”, a un lado agrega la anotación “San Marcos, Aguascalientes, 1852”(nacimiento) y del lado opuesto “Jesús Carranza N°6, Tepito” (fallecimiento). A los personajes resultantes los fija sobre cada una de las intersecciones de un pantógrafo de madera; cuando lo acciona, las figuritas se desplazan hacia adelante o se repliegan. Es un homenaje a Posada, pero sustentado en la reconstrucción de un artilugio antiguo, la recreación de un juguete muy popular del porfiriato.

Existe otra referencia en El Libro de mis recuerdos, publicado en 1904 por el geógrafo literato Antonio García Cubas.  Este autor menciona que, durante la celebración del Día de Muertos, se colocaban frente al Portal de Mercaderes (en la Plaza Mayor de la ciudad de México) varios entretenimientos alusivos; tumbitas negras de tejamanil con candelabros de carrizo, muñecos de barro de generales o prelados muertos, esqueletos de barro que se zarandeaban con articulaciones de alambre, monjas y frailes con mortaja “que por medio de una pita se sentaban”.(2) En medio de esa diversidad de entretenimientos, describe igualmente a un interesante juguete de“entierritos”:

[…] figuras que con sus cabezas de garbanzo y sus vestidos de papel, representaban monigotes, trinitarios y el indispensable muertecillo por cuatro de éstos cargado; figuras simétricamente colocados sobre listones de tejamanil las que unidas unas con otras por charnelas, constituían un aparato que se movía a voluntad, acercando aquéllas unas veces, y alejándolas otras, con lo que pretendíase figurar el andar pausado y regular de los del entierro.(3)

García Cubas relata que también se hacían, entre otras más, figuras de azúcar que representaban  “cráneos, esqueletos, tibias y otros huesos del ser humano, [con los que el pueblo] conviértese, aunque en apariencia, en ostófago”.(4) ¿Cuándo—se pregunta el autor— desaparecerá de nuestro pueblo tan repugnante costumbre? De los “entierritos” se incluye, en este libro del geógrafo literato, un pequeño grabado que es idéntico, aunque en posición diferente, al de la hoja volante de la Calavera jiricuana.

El juguete de esta procesión fúnebre, que recuerda lo transitorio de la vida, se habría de conservar en el ámbito popular todavía en algunos años del siglo XX. Ello es patente en un dibujo de Gabriel Fernández Ledesma, quien lo observó en la venta de artesanía popular todavía en la década de 1920.(5)

Por otra parte, en un libro sobre una colección de juguetes populares mexicanos, se muestra otro que parece derivado de estos famosos“entierritos” descritos por García Cubas. Esta versión se representa a manera de escenario de cartón o fibracel que, accionado por medio de una manija e hilos, desliza al cortejo hacía la entrada de una especie de inframundo; incluye a las figuritas con cabeza de garbanzo, pero con cuerpo de papel metálico.(6)

Volviendo a la réplica del juguete ejecutada por el artista Alejandro Caballero, ésta fue creada un poco más grande que el original observado en el grabado de la hoja volante del siglo XIX, pero conserva toda la naturalidad y espontaneidad del original. Conforma un triple valor: constituye un homenaje a la labor de Posada al dedicarle el cortejo, proporciona los elementos para entender el grabado de una hoja suelta que perdió su contexto y rescata del olvido un juguete muy famoso del siglo XIX y principios del XX. Es, en suma, arqueología de lo lúdico en movimiento.

No es la primera vez que Caballero trata la figura del grabador de Aguascalientes, pues ya desde hace cinco años había dedicado, dentro de su colección Collages cinéticos sobre el tema de la lotería, la pieza La calavera. En ella construye un cráneo con la quijada móvil (por medio de un resorte y un gancho), rodeada con alusiones al cine mexicano y objetos cotidianos. En su parte inversa (pues la pieza es de dos vistas) inserta la imagen de Posada, tomada de una reproducción de Leopoldo Méndez, le junta una Calavera zapatista y la reconfiguración de una Catrina (a base de un esqueletito de juguete vestido con retazos). En esta serie el artista no va al encuentro de lo cinético como estructura complicada, sino al encanto del ingenio arcaico.

Alejandro Caballero es uno de los más destacados discípulos de Raúl Anguiano (con quien colaboró en la realización de varios de sus murales). Su obra artística es amplia, con exposiciones individuales en la ciudad de México y ha participado en múltiples muestras colectivas en América, Europa y Asia. Ha sido reconocido en varias ocasiones, entre las que se pueden citar: el premio en pintura en el XVI Encuentro Nacional de Arte Joven del INBA (1996); la Mención Honorífica en la Primera Bienal Internacional del Juguete Arte Objeto del Museo José Luis Cuevas (1997), y el primer lugar en pintura en la V Semana Binacional de Salud México-Estados Unidos, en Los Ángeles, California (2005). Actualmente se prepara un libro sobre su obra, Visión estereoscópica del mundo de Alejandro Caballero, escrito por Berta Taracena, y en agosto de 2013 se llevó a cabo una exposición del mismo nombre en el Salón de la Plástica Mexicana, donde fue expuesto El Juguete homenaje a Guadalupe Posada.

A principios de este año Alejandro también colaboró en otro homenaje a Posada, elaborando un mural efímero y el performance Posada posa a 100 años, para recordar el aniversario del centenario luctuoso del famoso grabador en la vecindad donde falleció. Todo ello con la ayuda de amigos y alumnos de su taller la ELITEP.(7)

Además, del 25 de octubre al 25 de noviembre de 2013 se llevará a cabo la muestra Alejandro Caballero, el (des)orden de las cosas, en la galería ARTIS de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, que también incluirá la pieza que describimos en este texto. Sean, pues, bienvenidos todos los homenajes, institucionales o particulares, para el insigne grabador de México.

 

Notas

1. Ya en una cinta más antigua, contemporánea al último año de vida de Posada,  se incorporó un esqueleto cuyos huesos aparecen volando burlescamente sobre una tumba; se trata de El aniversario de la muerte de la suegra de Enhart, de 1912.

2. Antonio García Cubas, El libro de mis recuerdos. Narraciones históricas, anecdóticas y de costumbres mexicanas anteriores al actual estado social, México, Patria, 1950 (primera edición de 1904),  p. 512.

3. Idem.

4. Idem.

5. Agradezco a Eduardo Espinosa, investigador del Cenidiap, por la referencia y acceso a los dibujos de Gabriel Fernández Ledesma en la evista Forma, 1926-1928, México, Fondo de Cultura Económica, 1982 (edición facsimilar), serie Revistas Literarias Mexicanas Modernas.

6. Carlos Espejel, Juguetes mexicanos, México, Dirección General de Publicaciones y Bibliotecas, Secretaría de Educación Pública, 1981, p. 69.

7. Escuela de Arte al Aire Libre de Tepito, fundada en 2011.

 

Anónimo, hoja volante Calavera jiricuana, ca. 1900, impresa por Antonio Vanegas Arroyo.



Ilustración de juguete entierrito. Publicado por el geógrafo-literato Antonio García Cubas en El libro de mis recuerdos, 1904.



Caja de juguete popular de entierrito, mediados del siglo XX, en el libro Juguetes mexicanos de Carlos Espejel, 1981.



Alejandro Caballero, La calavera, 2008, collage cinético sobre el tema de la lotería.



Alejandro Caballero, Juguete-homenaje a Posada, 2013. Foto: Alejandro de la Rosa.



Alejandro Caballero, Juguete-homenaje a Posada, 2013. Foto: Alejandro de la Rosa.



Alejandro Caballero, Juguete-homenaje a Posada, 2013. Foto: Alejandro de la Rosa.